Enfoque
Cada día se es más consciente de la necesidad de trabajar las emociones en educación, ya que se ha comprobado que el trabajo emocional ayuda conocer la motivación del estudiante, siendo este el motor del aprendizaje. Se puede decir que hay tres grandes tipos de aprendizaje, el conceptual, el procedimental y el actitudinal. Los tres son esenciales para el conocimiento y desarrollo personal, ya que sin ellos no se aprende de forma completa. El conceptual es aquel que ayuda a conocer algo nuevo, es necesario saber de manera más memorística para poder integrar un nuevo conocimiento y relacionarlo con los conocimientos previos. El procedimental es aquel que ayuda a aprender desde la experiencia, el que también se llama competencial, y es más práctico, más manipulativo y la memoria lo retiene de forma más permanente. Y el actitudinal que está muy relacionado con la parte emocional. Se puede usar un ejemplo que es muy visual, si se piensa en una bicicleta, una persona puede saber (conocimiento conceptual) que es, y saber definirla, por ejemplo, diciendo que es un vehículo sin motor… pero saber eso no implica que la persona sepa montar en bicicleta, para ello se necesita el conocimiento procedimental, y con ello montar en la bicicleta hasta conseguir dominarla, pero saber que es una bicicleta y saber montarla, no implica que sea algo que te vaya a gustar. Ahí entra el conocimiento actitudinal, si le gusta montar en bicicleta, es algo que repetirá y practicará cada vez más, por lo tanto, aprenderá más. En la era del conocimiento, en el que las redes sociales ofrecen mucha información rápida, sin esfuerzo y vacía, se genera un problema al intentar separar estos tres tipos de conocimiento. Ya que esta motivación generada en redes sociales genera un placer momentáneo que no afianza el conocimiento, se puede entender que la competencia emocional está perdiendo fuerza, al tener que ir unida al aprendizaje conceptual y procedimental, que exigen del esfuerzo y desarrollo de las funciones ejecutivas básicas. Las redes sociales han fomentado el placer momentáneo de “saber mucho” son saber nada. Por lo que se conocen muchas cosas sin profundizar y eso lleva a la desinformación real y a la desmotivación en el aprendizaje formal. El objetivo principal es analizar el efecto de las redes sociales en el aprendizaje actitudinal. Metodología: Para ello se ha trabajado con la investigación documental, acerca del desarrollo de las redes sociales como eje desmotivador del aprendizaje en la etapa adolescente. Discusión y conclusiones: Es importante entender como el uso de redes sociales y del teléfono móvil en la etapa adolescente influye en el conocimiento y en el aprendizaje, dejando sin herramientas motivacionales a los docentes para poder llegar a ellos en su aprendizaje. Los estudios apuntan a la necesidad de reducir el uso del teléfono móvil, sobre todo en el ámbito de las redes sociales ya que influyen directamente en la percepción del aprendizaje, el conocimiento y la motivación por aprender.
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